En la gran familia de las frutas del bosque, al arándano le toca casi siempre quedar a la sombra de otras frutas más famosas, como la frambuesa o la mora. Sin embargo, poco a poco esta pequeña baya cada vez cuenta con una mayor presencia en las fruterías españolas. Hay diversas variedades, por lo que puedes encontrar bayas de color oscuro, azuladas o rojas.
Se trata de una planta perenne cuya primera recolección arranca en invierno y se prolonga hasta finales de junio. Dado su pequeño tamaño, se comercializan en pequeñas tarrinas de plástico. También pueden encontrarse congeladas.
Famosa gracias a su fotogenia
Hay pocas frutas azul oscuro, casi negro. En general, hay pocos alimentos con ese color. Así que si lo tienes y, encima, eres una fruta llena de vitaminas, pequeña, redonda y perfecta para añadir a bodegones, llevas muchas papeletas para convertirte en la estrella de las redes sociales. Más aún si a tu fotogenia se le suman un sabor ligeramente ácido y refrescante. El resultado: una de las frutas con más fotografías en Instagram con el hashtag #healthy (saludable) o #detox (detoxificante). Y con avales de prestigio: el Centro para la Investigación en Nutrición Humana y Envejecimiento Boston (EE UU) la ha calificado como una de las frutas con mayor poder antioxidante del planeta e insisten en que es un ingrediente muy a tener en cuenta en cualquier dieta saludable.
Por si fuera poco, es baja en calorías (solo 33 kilocalorías por cada 100 gramos) y con un aporte moderado en carbohidratos (6,05 gramos) y un elevado aporte de fibra (4,9 gramos). Razones que hacen que sea de las pocas frutas que aprueban quienes huyen de los carbohidratos, como los seguidores de algunas dietas como la cetónica o la dieta keto. En su ficha de vitaminas sobresale la vitamina C (22 mg), que, además de ser un potente antioxidante frente a los radicales libres, interviene en la formación de colágeno para la piel, las fibras musculares, los huesos y los dientes, y mejora la absorción del hierro. No es el único antioxioxidante de esta pequeña baya, pues también cuenta con un importante contenido en vitamina E (1,9 mg), amén de otros
compuestos fitoquímicos como flavonoides, taninos y antocianinas, responsables de su intenso color y con alta capacidad antioxidante. Aunque suelen incluirse en zumos o smoothies bajo el reclamo del détox, hay que tener muy presente, como bien insiste la dietista-nutricionista Virginia Gómez, que “ningún alimento detoxifica por sí solo. Los antioxidantes simplemente protegen las células del daño oxidativo. De lo otro, lo de eliminar toxinas, ya se encargan el hígado y los riñones”.
Mejoran la memoria
Son muchos los estudios que vinculan a los arándanos con la salud de las neuronas y como protector de las capacidades cognitivas pro. En este sentido, el fisiólogo John Mayer, del Centro para la Investigación en Nutrición Humana y Envejecimiento Boston (EE UU) apunta que incluirlas en la dieta habitual podría revertir las pérdidas de memoria a corto plazo, esa que nos impide recordar qué cenamos anoche aunque podamos seguir recordando con pelos y señales el menú de nuestra primera comunión.
Mucho más que batidos
Como otras frutas del bosque, es habitual recurrir a ellas en ensaladas de frutas, desayunos con avena y yogur, zumos o batidos. Para disfrutar al máximo sus matices ácidos prueba a mezclarlos con otras frutas más dulces, como la manzana, el mango o el plátano. En caso de que te resulte demasiado ácida, en vez de añadir azúcar, prueba a atemperar su acidez con vainilla, canela o acompañándolos de dátiles o uvas pasas. También forman parte de las famosas confituras de frutos del bosque. ¿Buscas algo nuevo e instagrameable? Aprovecha su sabor entre dulce y ácido para aliñar de forma natural ensaladas verdes.
Fuente: https://elpais.com/