
Peras: la fruta de la calma
Las peras son una de esas frutas que nunca pasan de moda. Jugosas, dulces y refrescantes, han acompañado a la cocina tradicional durante siglos y hoy en día siguen reinventándose en platos modernos. Pero más allá de sus beneficios nutricionales, lo que hace única a esta fruta es su versatilidad: puede ser la protagonista en desayunos, comidas, cenas e incluso en bebidas.
Un poco de historia
Las peras tienen un recorrido largo en la historia de la gastronomía. Ya los romanos las consumían cocinadas en vino con especias, y en la Edad Media eran muy apreciadas en repostería. Hoy, se cultivan en todo el mundo, con variedades que van desde las más crujientes y frescas hasta las mantecosas y extremadamente dulces.
Peras en la cocina: del campo a la mesa
Lo que diferencia a la pera de otras frutas es su capacidad de adaptarse a cualquier receta:
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Frescas: como snack saludable, en ensaladas con queso azul o nueces.
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Asadas o al horno: perfectas con canela, miel o acompañando carnes como el cerdo y el pato.
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En repostería: imprescindibles en tartas, bizcochos y compotas.
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En bebidas: jugos, batidos, cócteles y hasta sidra de pera (perada).
Variedades de peras y cómo disfrutarlas
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Conference: firme y aromática, ideal para comer fresca.
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Blanquilla: muy jugosa, perfecta para postres y compotas.
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Williams: intensamente perfumada, base de la famosa pera en almíbar.
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Roja Anjou: vistosa y dulce, genial en ensaladas gourmet.
Curiosidad: la fruta de la calma
¿Sabías que la pera es conocida como la “fruta de la calma”? Gracias a su alto contenido en agua y fibra, resulta saciante y ligera, convirtiéndose en una opción perfecta para quienes buscan algo dulce sin excesos.
Conclusión
Las peras no solo son saludables, también son una fuente de inspiración en la cocina. Da igual si las disfrutas crudas, cocinadas o en repostería: esta fruta conquista por su sabor, su frescura y su capacidad de darle un giro especial a cualquier plato.