¿Dónde encontramos agua en envase natural? En las frutas y verduras.
Consejo Médico: consuma agua natural.
10. Manzana (84% de agua). La siempre rica manzana también tiene agua, aunque no nos lo imaginemos. Además de su poder vitamínico y la fibra que contiene, protege el sistema inmune. Ya sabéis el dicho ‘an apple a day keeps the doctor away’ o, entre nosotros, ‘una manzanica al día nos llena de alegría’.
9. Ciruela (85% de agua). Deliciosas, aparte de su alto contenido en agua, vitaminas y minerales, son muy bajas en calorías. Además, echan una mano contra trastornos como al ansiedad o enfermedades como la gripe (que en verano también puede uno cogerse un resfriado). Como colofón, hay que decir que hacen nuestras digestiones sean más livianas. Guay.
8. Albaricoque (86% de agua). Otra fruta en pleno esplendor veraniego con la que no hay que cortarse lo más mínimo. Están muuuuuy ricos y reducen los niveles de colesterol malo, permiten regular la función cardiaca o la muscular.
7. Naranja (87% de agua). Cierto, no estamos en temporada de naranjas y las que ahora hay en supermercados suelen resultar ligeramente incomibles. Y es lo suyo, porque tiene que haber frutas de verano y de invierno. No obstante, aún se puede tomar en zumo y hay que recordar que, agua aparte, aquí hay mucha vitamina C.
6. Piña (87% de agua). ¡Oh, maravilla! La piña es otra de esas frutas a las que prometerle amor eterno. Algunos nos pasaríamos el verano con una piña en la cabeza, a lo Carmen Miranda bailando y bailando como si no hubiera mañana. Y muy hidrataditos, además. Es muy rica en bromelina, una encima con importantes beneficios para la salud.
5. Melocotón (88% de agua). Otra estrella de la temporada que también puede presumir de un buen porcentaje de líquido elemento. Aparte de las consabidas vitaminas y minerales, el melocotón es bajísimo en calorías. Si aún no estás bien provisto, baja a la frutería y aprovecha, que están en su punto.
4. Melón (90% de agua). No te piques, meloncito. Es cierto que hay otras frutas que tienen más agua que tú, pero tampoco te ganan por mucho. Además, tu eres el favorito de esas personas que perpetran crímenes gastronómicos contigo y el jamón. Además, tienes hierro, vitamina A, C y K… tu consumo continuado ayuda a luchar, por si esto fuera poco, contra la obsesidad y la diabetes. Eres la bomba, majo.
3. Pomelo (91% de agua). De acuerdo, no es el cítrico más popular y cuesta a veces acostumbrarse a su sabor. El pomelo es, sin embargo, la bomba cuando se trata de rehidratarse: no solo por su 91% de agua, sino por los electrolitos que contiene y que echan una mano en eso de volver a recuperar la tonicidad. Su cóctel vitamínico variado también es un importante aliado.
2. Fresa (92% de agua). Aunque no de esa impresión, las fresas tienen muchísimo contenido de agua (tanto como la sandía). Además, aportan calcio y fibra. Y esto último es importante, porque resultan muy saciantes y nos ayudan a prevenir esas crisis entre comida y comida en las que arrasaríamos con la nevera como orangutanes enloquecidos. Aunque, con la que está cayendo, ¿tampoco apetece atiborrarse, verdad?
1. Sandía (92% de agua). No es ningún secreto que la sandía es la fruta que más H20 tiene. Su nombre en inglés (watermelon), la delata. Por eso, lo ideal es atiborrarse de ella en verano. Es el postre ideal y, para los tiquismiquis que no queréis las pepitas, ya sabéis que está la fashion como alternativa. Además, también incluye sodio, potasio o magnesio.
Lasfrutas, verduras y hortalizasson en general, alimentos ricos en agua y por ello, con escasa cantidad de nutrientes energéticos. Además, entre ellos predominan en la mayoría de los casos los hidratos de carbono.
Las frutas con más proteínas
Si te apetecen las frutas más que las verduras pero buscas saciarte con las mismas para controlar la cantidad ingerida, recomendamos además de consumir siempre que sea posible lasfrutascon piel y frescas, escoger los siguientes ejemplares con más proteínas:
Aguacate: aporta2 gramos de proteínaspor cada 100 gramos, cantidad que supera en casi el doble a otras frutas frescas. El aguacate es ideal paravariedad de preparaciones sanasy saciantes, tanto dulces como saladas.
Alcaparras: por cada 100 gramos contienen2,4 gramos de proteínas, una cantidad apreciable que podemos sumar aensaladas, aliños,salsas, pasteles y demás preparaciones.
Guayaba: es una fruta que podemos conseguir todo el año, con un particular sabor entre ácido y dulce que podemos sumar a un yogur, una ensalada dulce o salada o bien, a unpastelo batido. Por cada 100 gramos aporta2,6 gramos de proteínas.
Aceitunas negras: por cada 100 gramos ofrecen poco menos de2 gramos de proteína, una cantidad apreciable para tratarse de una fruta oleosa y fresca como el aguacate. A mi me encanta sumarlas aensaladascon verduras varias o consumirlas como parte de una salsa para pasta por su acentuado sabor que contagia al resto de los ingredientes.
Por supuesto, hablando defrutas frescas, no son muchos los ejemplares ricos en proteínas, pero aquí dejamos los principales que puedes sumar a tu dieta para saciarte sumando este nutriente con pocas calorías.
Las verduras y hortalizas con más proteínas
Es mucho más frecuente encontrar verduras ricas en proteínas que frutas, y lo mostramos a continuación listando los ejemplares más proteicos:
Kale: es uno de los “superalimentos” de la actualidad, muy ligero y que ofrece 4,3 gramos de proteínas por cada 100 gramos. Ideal para saciarnos con pocas calorías gracias a su aporte de fibra además de sus proteínas que podemos incorporar a variedad de platos.
Coles de Bruselas: la mayoría de los coles son ricos en proteínas vegetales y éstos en particular concentran poco más de 4,5% de este nutriente saciante que podemos aprovechar en salteados, al horno, en ensaladas o simplemente al vapor como guarnición.
Brócoli: contiene alrededor de 2,8 gramos de proteínas por cada 100 gramos, un poco menos que su sucesor el bimi o broccolini, pero también es poseedor de valiosas propiedades que pueden beneficiar la salud. Podemos incluirlo en ensaladas, gratinados, salteados, sopas, guisados u otro tipo de preparaciones.
Espinacas: concentran 2,9% de proteínas y poseen fibra así como alto contenido acuoso, por lo que son una de las verduras más apropiadas para saciarnos con pocas calorías y por ello, ideales para adelgazar sin desaprovechar buenos nutrientes. Con ella podemos elaborar desde ensaladas, hasta sopas, salteados, guisados, frittatas o tortillas, zumos y más.
Brotes de soja: para añadir agua y proteínas a un salteado, una crema, una ensalada u otro tipo de preparaciones, podemos usar brotes de soja que ofrecen 3,1 gramos de proteína por cada 100 gramos.
Brotes de alfalfa: al igual que los de soja, podemos usar los de alfalfa para un sándwich, una ensalada, un salteado u otros platos y sumar con ellos 4% de proteínas.
Berros: aportan 2,5 gramos de proteínas por cada 100 gramos y se trata de una hoja verde muy noble, colmada de vitamina C y carotenos que podemos sumar a una pasta, un arroz, un sándwich, una tosta, una tortilla o preparaciones más clásicas como una ensalada por ejemplo.
Canónigos: de manera semejante a los brotes, los canónigos aportan 2,3 gramos de proteínas y podemos incorporarlos a una fresca ensalada, ligera, saciante y nutritiva. Asimismo, podemos sumarlos a un revuelto, un sándwich, u otros platos.
Alcachofas: aportan 3,4 gramos de proteínas por cada 100 gramos y resultan una de las hortalizas más apetecibles para acompañar desde ensaladas y salteados hasta cremas y sopas frías, tartas, pizzas, empanadas, bocadillos y muchas preparaciones más.
Espárragos: son uno de los alimentos de primavera con los que podemos elaborar sabrosos y sanos platos y obtener con su incorporación a la mesa, unos 2,2 gramos de proteínas por cada 100 gramos.
Recién llegadas nos llegan estas frutas de la marca Catalá. Grupo Catalá es una empresa familiar que desde 1950 se dedica a la producción y distribución de fruta de hueso y pepita.
Lo más destacado de todas ellas es su sabor dulce y el aroma que despide.
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Durante el verano, las altas temperaturas nos llevan a preferir alimentos fríos y refrescantes que nos hidraten y a la vez activen nuestras papilas gustativas.Los helados y los zumos son las estrellasde la temporada, pero también las frutas y hortalizas cumplen esa función: son frescas, jugosas, ligeras y, sobre todo, saludables.
Habitualmente, por miedo a que se deterioren con el calor se guardan en elfrigorífico. Y eso,en algunos casos es un error; no todas las frutas y hortalizas deben conservarse en la nevera. En Comer hemos consultado a la Fundación Española de la Nutrición (FEN) para ver cuál es el lugar idóneo y la temperatura óptima de almacenamiento de algunos de estos alimentos. Así evitaremos que se deterioren antes de tiempo (y por nuestra culpa).
Tomates
Sean cherry, raf, corazón de buey, kumato o de colgar, los tomates deben irfuera de la nevera. La temperatura óptima de maduración de este versátil alimento, que presenta miles de variedades y beneficiosas propiedades nutricionales, se encuentrapor encima de los 15ºC. De ahí que, según señalan desde la FEN, mantenerlo a temperaturas por debajo de los 10º C podría provocar que la maduración del tomate sea incompleta y acabe por provocar daños en la fruta. Entre ellos, que el tomate se reblandezca, adopte un color anómalo o que haya una infiltración acuosa quefavorezca su putrefacción.
Melones y sandías
Son, indiscutiblemente, las estrellas del verano. Su sabor dulzón y refrescante hace de estas frutas unsnack perfectopara las largas y calurosas jornadas de playa. Lo recomendable es dejarlosfuera del frigorífico mientras estén cerrados y, una vez abiertos, guardarlos dentropara disminuir la actividad microbiana. Pero no a cualquier temperatura. Desde la Fundación Española de Nutrición recuerdan que es importante mantenerlos en su temperatura óptima, siendo la delmelón 7ºCy la de lasandía 10ºC. En caso de pasarse con el frío lo más probable es que tengan un sabor amargo, nada agradable para el paladar.
Mango, papaya y aguacate
Se trata defrutas tropicales y subtropicalesque han sidocultivadas a altas temperaturas. Tan solo hace falta a dirigirse a la Costa Tropical Granadina, donde se cultiva el mango y el aguacate que luego se distribuirá por todo Europa. Sonfrutas muy susceptibles al fríoy guardarlas atemperatura ambientees siempre la mejor opción.
Plátanos
Con los plátanos sucede lo mismo que con el resto defrutas tropicales. Con el fin de evitar que empiecen a coger ese color marrón tan poco apetecible y que su sabor se deteriore, se recomiendamantenerlos fuera de la nevera. Este es un primer paso para alargar su tiempo de vida; luego, existen algunos trucos que permitirán alargarlo incluso un poco más. De hecho, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) cifra en 13ºC la temperatura óptima para el almacenamiento de esta fruta.
Los frutos rojos
Que los frutos rojos contienen unaspropiedades buenas para el corazónes ya una verdad más que conocida. Destacan, sobre todo, las cualidades nutricionales tan beneficiosas de los arándanos, una fruta que, según múltiples estudios, deberíamos comer de manera diaria. Precisamente por eso,en toda nevera debería haber lugarpara unos cuantos de estos pequeños frutos del bosque. Con una composición muy alta en agua, no son muy resistentes al frío, pero dejarlos fuera supone un riesgo aún mayor de que haya crecimiento microbiano.
Manzanas
Es una de las frutas que mejor se conservaen la nevera, donde puede aguantar un mes sin perder ninguna de sus cualidades. Esto se debe a quecon el calor se oxidan, lo que reduce considerablemente su tiempo de vida. Por eso la FAO sitúa en los-1ºC su temperatura óptimade almacenamiento. Dentro del frigorífico, el lugar más indicado para su correcta conservación son loscompartimentos inferiores, que acostumbran a ser los más templados.
Además, no conviene lavarlas previamente, ya que la humedad acelera el proceso deterioro y eleva el riesgo de sufrir unacontaminación microbiana. Otro de los consejos que dan desde la FEN es que todos aquellas frutas y hortalizas refrigeradas no entren en contacto con los demás alimentos. Solo así se podrá prevenir que se dé una contaminación cruzada.
Naranjas y limones
De la familia de loscítricos, las naranjas y los limones también deben almacenarse atemperatura ambiente. Por norma general, el calor acelera su maduración, así que para evitar que se deterioren el primer paso esno esperar demasiadopara consumirlos. Luego, hay que alejarlos del frío, que es lo que provoca que se dañe la piel y se descomponga el fruto, convirtiéndose en un alimento acuoso e insípido.
Patata
Su versatilidad en la cocina y su gran aporte energético, convierten a las patatas en grandes protagonistas de la cocina española. Es unalimento indispensablede cualquier despensa. Y ahí está la equivocación. Las patatas deben, preferiblemente,mantenerse en el frigorífico, ya que solo sufren daños a temperaturas muy bajas. Saber si se han deteriorado es sencillo: un ennegrecimiento de la piel y un sabor anómalo pueden ser indicativos de que no hemos conservado este alimento como se debe.
No es buena idea colocar en un mismo recipienteperas con manzanas, ni patatas con cebollas ni plátanos con aguacates si no queremos que seacelereel ritmo de sumaduraciónhasta el punto de estropearse en menos tiempo del previsto.
El causante es eletileno, un gas que desprenden todas las frutas y verduras de forma natural al madurar, aunque algunos de ellos en cantidades tan elevadas queafectana los que son más sensibles a sus efectos.
El etileno es un gas que desprenden todas las frutas y verduras de forma natural al madurar
Si se guardan en el mismo sitio los que loproduceny los que sonsensibles, estos tendrán un proceso deenvejecimientomuchomás rápidode lo que les corresponde, así que no tardarán en mustiarse e incluso pudrirse.Tampocohay que mantener las frutas y verduras productoras dentro de bolsas orecipientes herméticos, porque el gas queda encerrado y el efecto es mayor.
Se trata de un elemento que las plantas emiten durante su metabolismo. Es la hormonaque controla el crecimiento, maduracióny envejecimientode los frutos y sólo empieza a producirse al cosecharlos. Tiene efectos positivos, como hacer que las frutas sean más sabrosasy resulten más energéticas, porque les restan almidones y acidez, mientras elevan el nivel de azúcar.
Influye en la textura, que se vuelve más suave. También logra que sean comestibles, porque elimina sustancias tóxicas que aparecen en los primeros estadios. Éstas hacen que los frutos tengan mal sabor y se defienden así de que algunos animales se los coman.
Otros efectos son que mejora elaromay aviva loscolores, ya que reduce laclorofila. El etileno se produce sobre todo en plantas altas y por ese motivo son más propensas a emitirlo las frutas que las verduras.
Cada cosa en su sitio
La forma correcta deconservarfrutas y verduras esseparándolas. Los productores de etileno pueden estar a temperatura ambiente, cada uno de ellos aislado de los demás, mientras es preferible guardar lossensiblesen lanevera.
Es un errorfrecuentealmacenar juntoscebollas y patatas, porque tienen un uso en la cocina y una durabilidad similares. Pero lo cierto es que nunca deberíanni rozarse.
Las cebollas y las patatas nunca deberían ni rozarse
Por el contrario, si se ha comprado lafrutademasiadoverdey se quiere que madure rápido, una buena forma de conseguirlo es meterla en una bolsajunto a plátanos y/o manzanas, entre otros.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos, la Universidad de Cornell y el Instituto de Marketing de los Alimentos de ese mismo país, han elaborado una lista de alimentosproductoresysensiblesa ese gas.
Los productores más importantes son:
Aguacates.Nunca los recolectan maduros y es complicado determinar cuándo están en su mejor momento. Laproducciónde etileno comienza alarrancarlosy va en aumento a medida que pasan los días. Para saber si están maduros hay que presionarlos ligeramente y ver si ceden un poco.
En caso de estar demasiadoverdes, se puede ablandar metiéndolos en una bolsa de papel conmanzanaso envolviéndolos en unas hojas en papel de periódico, y si se tiene mucha prisa, poniéndolo unos minutos en elmicroondaso en elhorno. No se mantiene más que tres o cuatro días en el frigorífico
Fresas.A diferencia de otros productores de etileno, tienen que recolectarse cuando ya estánmaduras, ya que una vez fuera de la planta no siguen el proceso. Conviene que estén en lanevera, donde la producción de gas disminuye, pero siemprealejadosde los frutos sensibles a este. No sobreviven más que dos o tres días en fresco.
Mango.No es un gran productor, pero sí lo desprendeal madurar. Fuera de la nevera aguanta entre 3 y 5 días, y una semana, dentro. Congelado, hasta 8 meses.
Manzanas. Sueltan tanto que hay que dejarlas completamente aparte de cualquier otro fruto. La cantidad de gas que emiten depende del momento de la recolección. Si la cogieron antes del grado óptimo de maduración, el etileno las afecta de tal manera que su piel se vuelve marronosa. Se conservan unas tres semanas fuera de la nevera, entre 4 y 6 dentro y 8 meses congeladas.
Melón. Los pequeñosy de piel más clara, conocidos como “dulces” son productoresde etileno, mientras otros, como los “cantalup” (visualmente similares) son sensiblesa él. Cuando están enteros apenas si lo emiten, pero el proceso se acelera al cortarlos. De la misma manera pueden mantenerse hasta dos semanasen el frigorífico, si están sin abrir; si no, no más de uno o dos días. Un mes congelados.
Melocotones y ciruelas.Cuando aún estánverdesapenas sidesprendenetileno, pero el proceso se dispara a medida que avanza sumaduración. Si se quiere que esta sea rápida, lo mejor es dejarla a temperatura ambiente. Eso sí,separadade cualquier otra fruta.
Patatas.Sueltanrelativamente pococuando están en perfectas condiciones, pero en cuanto les aparecen grillos, tienen algún corte o defecto y empiezan a arrugarse,aumentala emisión. Pueden estar a temperatura ambiente hasta dos meses. No conviene guardarlas refrigeradas.
Pera.Si está atemperatura ambientesueltamásgas que enfrío, así que si se quiere guardar entre 3 y 5 días lo mejor es tenerla en la nevera. Fuera apenas se mantienen uno o dos.
Plátano.Desprenden el etilenoa través del raboy por ese motivo seconservanmejor si este seenvuelveen papel film. Como el gas aparece de forma rápida, no conviene que entren en contacto con el dióxido de carbono, queincrementasu producción. Cuando han alcanzado el grado de madurez que interesa, se pueden conservar tres o cuatro días en la nevera y hasta 3 meses congelados.
Tomates.Una vezmadurospueden aguantar hastasiete díasa temperatura ambiente. Pero como son de los queemiten, hay que mantenerlosseparadosde todos los demás productores. Además, se recomienda no meterlos en la nevera porque pierden sabor.
Muchos de los vegetales que sonsensiblesal etileno, también lo producen, pero en cantidades tan pequeñas que no se aprecia. En todo caso, para evitar que se estropeen antes de tiempo, hay que mantenerlos separados de los que sí lo emiten.
Estos son algunos:
Brócoli.Si se mantiene junto a productos emisores, su duraciónse reduce al 50%. Se nota porque losramilletesse ponenamarillentos. Aislado se puede conservar 4 o 5 días en la nevera. La mejor forma de mantenerlo fresco es congelándolo, incluso hasta un año.
Calabaza.Aunque la corteza esté dura y fresca en apariencia, el etileno, que suele afectar suinterior, que sereblandece. Maduran muy rápido si se cosechan junto a plantas que lo emiten. Fuera del frigorífico duran hasta dos o tres meses; cinco o seis en su interior.
Cebolla.Como su durabilidad es similar a la de laspatatas, hay una cierta tendencia a almacenarlas juntas. No es conveniente, porque aunque las primeras no sueltan mucho etileno, sí el suficiente para hacer que las cebollas empiecen apudrirsee incluso a desarrollarmoho. En la nevera aguantan hasta dos meses. Así que se pueden guardan ahí, pero siempre separadas de manzanas, tomates, etcétera.
Coles de Bruselas.Son las más sensibles al etileno, pese a que producen una cantidadmínima. Ante la exposición, lashojaspierdencolore incluso seseparan. Su conservación es similar a la del brócoli.
Coliflor.Es de las hortalizasmás sensiblesy hay que evitar juntarla con manzanas, melones y tomates. Perdura entre 3 y 5 semanas si está separada.
Espárragos.El gas hace que semustiene incluso que adopten un tonoamarillento, por lo que es aconsejable mantenerlos siemprerefrigerados, pero no se conservan más de 3 o 4 días. Congelados aguantan más de cinco meses.
Lechugay otras verduras dehoja verde.Aunque no todas tienen lamisma sensibilidadal gas, a la mayoría les afecta. El problema está en que a vecesse preparan mezcladasen ensaladas con hortalizas que emiten el gas. Lo aconsejable es prepararlas justo antes de servirlas para evitar que las hojas lleguen mustias a la mesa.
Pepino.Como casi todas las curcubitáceas essensibleal etileno. Eldeterioroes muy rápido si se mantiene junto tomates, manzanas y plátanos. En el frigorífico pueden aguantar hasta un mes, aunque en Estados Unidos, por ejemplo, no se recomiendan guardarlo refrigerado.
Zanahorias.Se vuelvenamargasen un par de semanas sin estánjuntoa un vegetalproductordel gas. Aisladas duran hasta tres.
Aunque muchos consumidores las creen hipercalóricas y poco saludables, lo cierto es que aportan beneficios similares a las frutas frescas, pero con menor contenido hídrico
A esas alturas todos sabemos que debemos consumir cinco raciones defrutasy verduras diariassi queremos estar sanos. No en vano, es una de las recomendaciones nutricionales en la que más insisten los especialistas y distintos organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien recomienda consumir más de 400 gramosde frutas y verduras al día para mejorar la salud general y reducir el riesgo de determinadas enfermedades no transmisibles”.
A la hora de cumplir dichas recomendaciones, el mercado nos lo pone fácil, ya que oferta un extenso abanico de frutas frescas, que además amplían nuestra paleta de sabores y texturas, pero también deshidratadas o desecadas, que para muchos consumidores pasan inadvertidas, mientras que otros las creen opciones calóricas y poco saludables. Estas últimas son aquellas que han sido sometidas a unproceso de deshidratación, mediante el cual se le extrae el 80 % del agua, y a uno posterior de secado. Aunque se puede aplicar a todas las frutas, las más habituales son los higos, los dátiles, las uvas, las ciruelas, los melocotones o las manzanas.
Frutas deshidratadas vs. escarchadas
Asimismo, esta técnica es más vieja que la historia, pues las civilizaciones mesopotámica y egipcia la aplicaban paraalargar la vida de las frutas o intensificar su sabor.Entonces el proceso era artesanal y natural, pues no le adicionaban aditivos ni conservantes, por lo que se presumían de lo más saludables. Hoy el proceso se mantiene, aunque se han incluido secadores industriales, pero solo para las frutas que admiten este procedimiento como, por ejemplo, las pasas o los melocotones. Otras, como las cerezas, las fresas, los arándanos o los frutos del bosque, presentan características que dificultan la aplicación de esta técnica, por lo que leadicionan azúcaro derivados previamente a su secado. En este caso, se denominan frutasescarchadas o confitadas, y tienen un perfil nutricional menos saludable. Por lo tanto, la calidad final de esta variedad de frutos depende del tipo de proceso que se le aplique, por lo que debemos leer con atención la etiqueta.
Los mismos nutrientes que las frutas frescas
Seguro que hay más de un consumidor que se pregunta si las frutas desecadas proporcionan los mismos beneficios nutricionales que las opciones frescas. Según la Fundación Internacional de Frutos Secos y Frutas Deshidratadas (INC), sí. Dicho organismo explica que “el contenido en nutrientes de las frutas secas tradicionales sigue siendosimilar a la fruta frescaequivalente, aunque más concentrado. Sin embargo, “todas las frutas secas presentanmayor cantidad de caloríasque sus originales con agua, puesto que en el proceso de deshidratación pierden el líquido, pero mantienen sus componentes, sobre todo loshidratos de carbonosimples”. Por lo tanto, son buenas fuentes de varios micronutrientes”. Veamos cuáles.
Son ricas en vitaminas del grupo B, especialmentetiamina, que ayuda al organismo a convertir los alimentos en energía; yácido fólico, indispensable para la formación del ADN y la división celular del organismo, previniendo defectos congénitos (de ahí que sea importante su consumo durante el embarazo). Yvitamina K, la cual interviene en la formación de los huesos y los tejidos y promueve la coagulación de la sangre. Sin embargo, la cantidad devitamina C es menorque en el caso de las frutas frescas, pues parte de dicha vitamina se destruye durante el proceso.
Asimismo, atesoran minerales importantes para la salud ósea como elcalcio o el magnesio,siendo las más copiosas lasciruelas. Así lo demuestra unestudio, publicado en la Biblioteca Nacional de los Estados Unidos, el cual concluye “que la ciruela seca o las ciruelas (Prunus domestica L.) es la fruta másefectiva para prevenir y revertir la pérdida ósea. Los datos indican que la ciruela seca no solo protege contra la pérdida ósea, sino que la revierte más. También contienenhierro, esencial para prevenir enfermedades como la anemia, ypotasio, fundamental para la salud muscular y el buen funcionamiento del riñón y el corazón.
Las frutas secas son generosas en fibra, tienen poder saciante y aportan una buena dosis de vitaminas
Tal y como hemos adelantado, ofrecen unalto contenido energético–100 gramos aportan entre 250 kcal y 300 kcal–, por lo que no hay que despistarse con su consumo
Son de lo más generosas enfibra, que comobien es sabido, constituye una inestimable aliada de lafunción intestinal y la pérdida de peso, por cuanto tiene poder saciante. Además, “reduce el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular, respiratoria y cáncer” y se relaciona “con la regulación de los niveles de glucemia y colesterol, tal y como apunta laFundación Española del Corazón.
Según laFundaciónInternacional de Frutos Secos y Frutas Deshidratadas, “tienen uníndice glucémico de bajo a moderado,siendo una excelente opción para losdiabéticos. Incluso se ha demostrado que mejoran el control de la glucosa en la sangre y pueden reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2″.
No obstante, los componentes más interesantes de estas frutas, especialmente las de tonalidad oscura como las uvas, son las sustanciasbioactivos, especialmente lasantocianinas, las catequinas o los ácidos fenólicos, las cuales ayudan a prevenir el daño ocasionado por los radicales libres y la aparición deenfermedades cardiovasculareso el cáncer.
Cómo incluirlas en la dieta
Como tienen prácticamente el mismo patrimonio nutricional que la frutas frescas, hacerles un hueco en nuestra dieta es una idea de lo más acertada. Habitualmente, tienden a consumirse comotentempiéentre las comidas, que además ayudan a reponer energía. Sin embargo, también podemos usarlas comoedulcorante, reduciendo así el consumo del poco saludable azúcar refinado, y como ingrediente de ensaladas, guisos o estofados, a los que les da un interesante toque dulzón. Aunque los mejores compañeros de juego son laselaboraciones dulces: tartas, bizcochos, magdalenas, helados…
Partimos de la idea de que las posibilidades de elaboración de una ensalada son prácticamente infinitas, ya que la combinación de los distintos ingredientes hará que tengamos un resultado diferente cada vez. Os plateamos varios pasos a seguir:
Para la base
La base verde de nuestra ensalada puede llevar:
Lechuga,
Repollo,
Rúcula,
Espinacas baby,
Canónigos,
Escarola,
Acelgas,
Berros…
A elegir según gustos o para combinar en distintos momentos. También podemos hacer unacombinación de distintos tipos de hoja verde.
El punto de color
Hay quien dice que las ensaladas son aburridas, pero es posible que no sepa cómo hacer una buena ensalada. Y eso tiene fácil solución.
Tomate, zanahoria, pepino, pimiento, champiñones, remolacha, cebolla, calabacín… cualquier hortaliza combina a la perfección. Además, nos aportan vitaminas y minerales
Sólo con estas dos partes podríamos realizar innumerables combinaciones, una para cada día sin repetir. Y, como sonbajas en caloríasy ricas en agua y nutrientes, podemos despreocuparnos de las cantidades.
Ahora bien, si queremos convertir nuestra ensalada en un plato completo y/o único, podemos añadir algunos ingredientes más.
Proteína animal o vegetal
Si lo que queremos es hacer de nuestra ensalada un plato único lo recomendable es incorporar proteína vegetal o animal presente en productos comolegumbres, queso, atún, pollo, huevo…
Hidratos de carbono
Para completar la ensalada, añadimos algunos hidratos de carbono con ingredientes comopasta, arroz integral o patatas.
Recordemos que los hidratos de carbono no son malos, sólo deben ir en proporción con nuestra actividad.
Si vamos a hacer alguna actividad o algo deejercicio,echaremos más cantidadque si no vamos a movernos mucho. Pero no hay motivos para eliminarlos por completo.
Topping
¡Qué mejor manera de coronar nuestra ensalada que consemillas o frutos secos! Son ideales para aportar minerales y ácidos grasos esenciales.
La salsa
¿Existen salsas saludables? ¡Por supuesto!
Una salsa tipo tzatziki con yogurt y pepino,
Un aceite virgen extra,
De semillas o de aguacate,
O con vinagre y sal.
Darán un toque de sabor adicional a nuestra combinación de ingredientes.
Ahora, a combinar capas e ingredientes para conseguir cada día una nueva receta
Los vegetales contienen fitoquímicos, sustancias encargadas de aportar pigmentación a los alimentos y un sinfín de ventajas para la salud
Lasverdurasson las protagonistas de cualquierdieta equilibrada y saludable. Además de estar llenas de vitaminas, una de las principales fuentes de salud para el organismo, antioxidantes, minerales, agua y fibra, aportanun inconfundible y agradable color a los platos. Precisamente en los colores se encuentra el gran secreto de los vegetales. Las diferentes tonalidades corresponden a combinaciones de diferentes nutrientes yfitoquímicos, las sustancias que se hallan en los alimentos de origen vegetal y que son las responsables del color. Cada uno tiene propiedades específicas para la salud y se puede considerar como una‘etiqueta nutricional’.
Esta relación llamó especialmente la atención a un equipo de investigadores de la División de Nutrición Humana de la Universidad de Wageningen (Países Bajos), que realizó un estudio sobre el color de las frutas y verduras ylos beneficios que tienen cada uno de ellos para el organismo.
Verduras rojas
Pimiento rojo, tomates, rabanitos…Los vegetales rojos no suelen faltar en la mesa. Estos alimentos destacan por ser ricos en antocianinas y licopeno, unos compuestos antioxidantes que aportan la tonalidad roja y que contribuyen areducir el riesgo de padecer enfermedades de corazón, problemas de memoria o incluso cáncer.
Verduras verdes
El verde es el color más común de la verdura y podemos encontrar un sinfín de variedades en el supermercado:brócoli, acelgas, lechuga, espinacas, judías, coles, apio…Estos vegetales deben su pigmento a laclorofila, aportan pocas calorías y tienen un gran valor nutricional por su riqueza en vitaminas y minerales como el magnesio. Contribuyen a oxigenar la sangre y a aumentar la calidad y la cantidad de nuestros glóbulos rojos, limpian y desintoxican el organismo, combaten el envejecimiento y refuerzan el sistema inmunológico.
Verduras blancas
Ajo, jengibre, cebolla, coliflor, champiñón, nabo, espárragos…Estos vegetales son ricos enflavonoides, como los polifenoles, que son otro tipo de antioxidantes que pueden ayudar a reducir el riesgo de hipertensión, hipercolesterolemia y accidentes cardiovasculares. Además, tienen un alto contenido de potasio y magnesio y aportan una gran cantidad de fibra.
Verduras moradas
Las berenjenas, la remolacha, la col morada o la lombarda son algunos de los alimentos que cuentan con esta característica pigmentación, que aporta color y salud a los platos gracias a laantocianina. Estos vegetales confieren numerosos beneficios para el organismo, como la prevención del cáncer, el mantenimiento activo de la memoria, la prevención de problemas en el sistema cardiovascular y el aparato digestivo y el retraso del proceso de envejecimiento.
Verduras naranjas
Los vegetales naranjas, como la calabaza, la zanahoria o los pimientos naranjas, son ricos encarotenos y carotenoides. Estos alimentos son una gran fuente de vitamina A y C que refuerzan las defensas, por lo que ayudan a prevenir enfermedades causadas por gérmenes, virus y bacterias. Además,contribuyen a la buena salud visual y de lapiel.